miércoles, 14 de abril de 2010

Creo en las personas.


Especialmente en aquéllas
que se les ve algo más que la humanidad.

Aquéllas que , a veces, la gente confunde con ángeles.

Hablo de aquellas personas que existen en nuestras vidas; que engrandecen nuestro espacio con pequeñas alegrías...

En aquéllas que miran a los ojos porque son verdaderas, que hacen elogios, que agradecen y piden disculpas con la misma simplicidad que un niño.

Personas que no necesitan hacer trampas para conseguir lo que buscan, porque sus deseos se muestran en sus acciones y reacciones, no en sus caprichos.

Personas que hacen el bien y te protegen del mal, con una sonrisa, una palabra, un beso, un abrazo y una oración.

Personas que van por la vida sin miedo a la oscuridad, que caminan firmes y levantan la cabeza en momentos de completa desesperanza.

Personas que se equivocan más veces de las que aciertan, que aprenden más de lo que enseñan y viven más de lo que sueñan.

Personas que cuidan de su cuerpo, porque les acompañará hasta el final.

Que no distinguen entre ricos o pobres, gordos o flacos, negros o blancos.

Personas, simplemente personas , que no siempre están seguras de todo, pero siempre cumplen.
Transparentes, amigas, espontáneas, a veces ingenuas.

Prefiero creer en relaciones basadas en la confianza, la serenidad, la humildad y la sinceridad.

Prefiero creer en aquellos encuentros que nos transmiten paz y tranquilidad.

Prefiero creer en hombres y mujeres que reverencian la vida , con la misma intensidad que un gran amor. Que pasan por la Tierra y dejan su huella , y su recuerdo.

Hombres y mujeres que contribuyen al perfecto orden del universo y agradecen su existencia.

Hombres y mujeres de alma limpia y de corazón puro:
¡COMO LO ERES TÚ!

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