A través de tu beso penetro las estancias cavernosas del misterio. Ruedo vertiginosamente hasta perderme en ti sin encontrarte.
Me dejas hacer en tu espalda, y jamás muestras el rostro del amor.
Tu intermitente luz me vuelve loca, me ciega, me pierde. Arde lo incierto, y agotado se apaga; pero de una sola pavesa vuelve todo a resurgir.
Una sucesión de escenas eres en mi mente, un imaginario ser entregado a la caricia. Vapor, aroma, nada.
Hoy quiero verte como te representas, impasible ser de piedra o hielo.
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